viernes, 25 de marzo de 2016

(Mitja) Marató Vall del Congost

Buenas!

Que no se diga que no está activo el blog...

El fin de semana pasado también teníamos lío cerca de casa: la Cursa de la Vall del Congost.
Una carrera de las clásicas del calendario de carreras de montaña en Cataluña (este año era la 20a edición), que se celebra en los alrededores de Aiguafreda, en la zona del Montseny. Al coincidir con la Semana Santa, Simon, un amigo danés que conocí el año pasado en Tailandia vinó unos días por aquí a probar las montañas que le faltan en su casa y de paso se apuntó a la carrera. En principio la carrera consta de dos distancias, media maratón y maratón entera. Simon y yo estábamos apuntados a la maratón entera, junto con otros muchos compañeros de batallas, empezando por Jaume, Salvador, Sanvi, Martí... Un recorrido muy rompepiernas que primero se enfila hacia la ladera del Montseny, con varias subidas y bajadas por senderillos entre medio del bosque, una bajada desde el castillo de Tagamanent hasta el fondo del valle del Riu Congost y unos úlitmos 10-12 kilómetros en la vertiente opuesta, hacia els Cingles de Bertí. La media toda por el lado del Montseny y, como su nombre indica, más o menos la mitad. Ahí tenéis los mapas del recorrido:
La maratón...
Y la media

Salimos de Girona a las 5 de la mañana porque la carrera empieza a las 7 y de camino a Aiguafreda las cosas se empiezan a poner feas. En las zonas más altas del Eix Transversal nos metemos en medio de una niebla espesa y un poco más allá empieza a llover bastante fuerte. Al llegar a Aiguafreda la cosa no ha mejorado. A las 6 de la mañana, de noche y con una lluvia de narices las ganas de correr son bastante pocas. Nos vamos para el pabellón, recogemos los dorsales y nos preparamos mientras se hace de día y la lluvia sigue dale que te pego. A menos cuarto nos decidimos a ir para la salida pero por el camino nos encontramos gente que vuelve diciendo que retrasan la salida media hora. Parece que la lluvia va a menos así que si podemos evitar mojarnos mejor que mejor. Al llegar al pabellón, las modificaciones van más allá. Parece que se anula la maratón y que hacemos todos la media. Todo es algo confuso pero al parecer el motivo es que el río Congost, que se ha de cruzar a pata, baja bastante crecido y puede ser peligroso. Gente a favor, gente en contra, pero en ese momento no hay tiempo para muchas discusiones. Nos vamos para la salida, ahora ya sin lluvia, y a correr. Siendo sólo 21kms, me llevo un par de geles en los bolsillos del pantalón y tira que te va, ni portabidón ni nada. Nos metemos por la parte de delante con Simon, donde está Depa, el célebre speaker, peleándose con el micro, y corredores ilustres como Jessed Hernández y Zaid Ait Malek. También un tipo con alpargatas rollo tarahumara que poco antes de salir se quita también la camiseta (me recuerda un "pro" americano en la Ronda dels Cims de 2013, que lo tuvieron que recoger con hipotermia...).

Nosotros concentrados...
... Sanvi haciendo el indio...
... y el de las alpargatas pasando frío.
Salimos a las 7.30 por una calle estrecha, siguiendo a Jessed, Zaid y el de las alpargatas que han salido disparados. El primer kilómetro es un bucle por dentro del pueblo con unos repechos duros para dispersar al personal. Me encuentro a mi lado a Roberto Heras, que ahora se dedica al mundo del trail con unos resultados bastante buenos. "Ya te atraparé en el kilómetro 90!" me bromea Sanvi, que también ronda por ahí. Salgo del pueblo junto a Simon y Jaume, que viene justo detrás. Miro adelante y debemos habernos quedado sobre la posición 20, con un montón de corredores del Inverse, el equipo llevado por el organizador de la carrera. Paso a Simon y cojo mi ritmo por esos dos kilómetros de pista ancha y fácil que llevan al primer repecho. Poco a poco me voy quedando sólo con Jaume. Nos metemos por el senderillo y empiezo a mirar a los lados buscando alguna baliza... Ah no, que hoy no toca...
Troto por un senderillo con bastante pendiente acercándome poco a poco a tres o cuatro corredores. Al primero que recojo es al de las alpargatas, que lleva una dinámica claramente descendente (ya me habían dicho algo al respecto...). La subida dura un kilómetro y después viene un terreno con toboganes donde los de delante se me van y me pasan un par más que bajan mejor que yo. Al final nos volvemos a quedar los dos compis de rogaines. "Mira com pugen per allà els fills de..."... Me lo imagino, que si levanto la vista seguro que una raíz me hace penalti... Pasamos por el avituallamiento del km5 y le dejo el impermeable a Mireia, la compañera de Jaume, ya que no me sirve de nada y voy sudando como un pollo. Nos lanzamos a por la siguiente subida, la más larga de las tres que tenemos.
Por el momento no voy ni bien ni mal. Vistas las carreras de este inicio de temporada tengo basante asumido que me cuesta coger el ritmo al principio, más o menos en los primeros 10kms (lo cual para hacer una media maratón es un problema...). Subimos por un sendero rocoso caminando en algunos tramos. Nos vamos acercando a un par de corredores, uno de blanco y uno de verde. Para cuando los cogemos yo veo que mis fuerzas van yendo a peor. Jaume, que conoce a todo el pelotón, saluda al de blanco y se ponen a charlar. Yo no estoy para mucha cháchara. Era cuestión de tiempo que Jaume me pasara. Lo hace en un tramo de esos cabrones que pican para arriba constantemente pero que se han de correr sí o sí. Siento que tengo que bajar un puntito. Se me van los tres... Sigo a lo mío, mirando al suelo e intentando mantener un ritmo decente con la esperanza de que vengan tiempos mejores. Consigo que la distancia no pase de 50 metros, intentando aprovechar algún llano para recuperar. La cosa se estabiliza, no les alcanzo pero no se me van más. El final de la subida no puede estar muy lejos...
Y entonces, justo en los últimos repechos de repente noto un click. Llega un llano y donde antes me costaba ahora veo que me acerco a ellos. Salimos a un prado, una bajada y el segundo avituallamiento (km9). Llego justo tras Jaume y el de blanco, mientras el de verde ya baja despendolado 50 metros por delante. Pierdo algo de tiempo tomándome un gel que me ayude a consolidar la recuperación, pero enseguida recupero el ritmo y vuelvo con mis dos predecesores. "Joder, cómo me cuesta pillar el ritmo..." le digo a Jaume... "Vinga que ara ve pista, lo teu...". Ya sumido en la dinámica positiva le paso y me lanzo por unas trazas de land rover con bastantes piedras. En un repechillo paso al de blanco y salimos a una pista en mejor estado. Alargo el paso e intento adoptar una buena zancada, rápido y con buenos apoyos para no cascar las rodillas. Bajo disfrutando y sintiéndome fuerte. Me voy acercando al de verde y lo paso tras una curva porque el tío se ha parado a mear. Yo sigo a lo mío. Las marcas se meten por un senderillo rocoso. La piedra está mojada, no es mi terreno preferido, pero noto que bajo mucho más ágil que el día del Trail Rocacorba. Aun así el de verde en este terreno me recupera y llega detrás de mí. "Cuando quieras pasar me avisas"... "Tranqui, tranqui que se ha de ir con cuidado aquí"... Enseguida llegamos al avituallamiento (km15) y nos metemos por un senderillo muy entretenido que llanea y tiene pequeños repechos. Sigo por él a buen ritmo y disfrutando del día y la carrera. Queda la última subida. En el punto en que empieza el repecho duro están Mireia y Joan Carreras animando, y un poco más arriba Joan Codina, con quien hicimos entrenando el recorrido de la maratón hará un par o tres de años. Voy trotando pero el terreno es empinado. Me entra un puntito conservador y decido guardar algo de fuerzas, así que camino. Me he separado de mi perseguidor y empiezo a ver a un corredor de rojo delante de mí. Mira qué bien, otro objetivo.
Pero la subida se acaba y pasamos a otra bajada rocosa. Me concentro y bajo decentemente pero el de rojo también y entre los árboles pierdo la referencia. Además el de verde vuelve a estar en su elemento y ahora que se acerca la meta no se guarda nada, así que noto como se me va acercando por detrás. Cuando ya estoy notando sus pasos en el cogote de repente una pista salvadora viene al rescate. Alargo el paso de nuevo y me separo. El de rojo baja unos 100 metros por delante y más allá nadie a la vista. Venga vamos a por él. Paso junto al último avituallamiento, que a dos kms de la meta ya no pinta gran cosa, y sigo en modo carrera de 10K de asfalto. Voy recortándole y además va echando miradas atrás así que parece que tengo la caza encarrilada. De repente las marcas se meten por un repecho a la izquierda. Vaya, pensaba que ya sólo quedaba bajar... Bueno, tomémoslo en positivo, el repecho me sirve para acabar de alcanzar a mi predecesor. Le paso y al salir a una nueva pista que baja ya definitivamente cambio un poco el ritmo para despegarme. Parece que da resultado y pongo tierra de por medio. Unas escalerillas, un puente que cruza el río y calle a la izquierda que pica para abajo. Me cruzo con Zaid que está haciendo ya su trote de recuperación y animando al personal. Le saludo agradecido (otro día hablaremos de este hombre, pero es de esa gente que sin conocerla personalmente, la ves sonreir y no puede más que caerte bien, si empiezas a indagar un poco en su historia pues aún más...), miro de reojo no vaya a ser que mi perseguidor resurja, y enfilo la recta de meta. Varias caras conocidas, entre ellas la de Kike, al que debía hacer años y años que no veía, desde los tiempos en que subíamos a hacer el cabra por Cerler. Entro en la meta en 2h7' y en 17a posición. Contento con el resultado. Obviamente me gustaría tener más fuerzas al principio, pero mirando el vaso medio lleno, tomaré como positivo el hecho de que en las tres carreras que llevo esta temporada me haya encontrado mejor al final, sobre todo pensando en las carreras de larga distancia del verano, que al fin y al cabo son mi objetivo principal. Por delante a ganado Imanol Goñi, un vasco (no lo habíais adivinado...) que tiene pinta que dará que hablar en Zegama, con 1h50, y tras él Zaid y Jessed y toda una tropa de Inverse y otros galgos. Por delante mío había un salto de casi 4 minutos hasta el 16o, así que hoy la cosa no daba para más. Aunque la posición sea peor que en las otras pruebas de este año, visto el nivel casi diría que ha sido igual o mejor resultado. Al poco rato van llegando el resto de compañeros, Jaume, Simon, Sanvi, Carles Batrina... Disfrutamos juntos de la sobremesa, momentos distendidos, que al final para eso estamos aquí, para compartir.
Y para acabar el tema polémico... Durante la carrera el tiempo fue mejorando. No llovió más, el río bajó de nivel y podríamos haber cruzado sin problemas. Obviamente a toro pasado todos somos Manolete. Es cierto también que mirando el radar de precipitación se veía que la cosa pintaba que iría a mejor... En fin, supongamos que uno no se siente con confianza de hacer de hombre del tiempo ni tiene un modelo hidrológico milagroso (eso no existe) que le ayuda a prever el caudal del río en tiempo real. En cualquier caso, punto muy importante en la organización de las carreras que es el de los planes B. En una carrera como esta el único factor que puede obligarte a cambiar de planes es el río. Si llueve, te mojas; si te enfrías te paras en el siguiente avituallamiento, que como mucho estará a un par o tres de kilómetros; si la roca está mojada, bajas más despacio... La altura máxima son 1000m, no hay nive, no hay precipicios... Es una carrera de montaña. Somos 900 tíos, OK, pero el que se apunta ahí sabe a lo que va, o tiene que saberlo, y si no confías en ello pues cortas el número de inscritos. Pero estábamos en lo del plan B. Si el único factor que puede obligarte a cambiar de planes es el río, yo creo que uno ha de tener preparado un recorrido alternativo. Posibilidades hay, los avituallamientos pueden moverse relativamente bien antes de la carrera porque hay buenos accesos por pistas... Lo digo en plan constructivo, todos podemos cometer errores y supongo que todo el mundo ha aprendido. Al final, supongo que lo que ha cabreado más a la gente es que desde la organización en otras ocasiones se había defendido que esto era una carrera de montaña, que todo el mundo tenía que saber a lo que venía y hasta ha salido algún mail en el que se decía que esta carrera sólo se suspendía si caían 4 metros de nieve. En fin, vale más ser dueño de tu silencio que esclavo de tus palabras.

Besos y abrazos

P.D: Ahí os dejo un link con un video resumen de la carrera, sólo para los más fieles ;-)
http://www.lajornadadelvalles.cat/index.php/2016/03/20/imanol-goni-guanya-una-20a-edicio-de-la-vall-del-congost-marcada-per-la-pluja/

P.P.D: Y Sanvi que sigue haciendo el indio ;-)






sábado, 19 de marzo de 2016

Fin de semana en el Montsec: Km vertical y Trail Vall d'Àger


Ahí va un dos por uno! (y no será por fotos...)

Este fin de semana pasado era la segunda cita de las Trail Running Series de Lleida, la versión local en Lleida de los miles de circuitos de carreras de trail que ahora hay por el mundo. Era cita por partida doble, con un kilómetro vertical el sábado por la tarde y el Trail Vall d'Àger (30km con 1750mD+) el domingo por la mañana. Ya puestos me apunté a las dos, y así acumulo un par de carreras más de la liguilla y compenso por otras a las que no pueda venir (creo que puntúan 7 si no me equivoco)... En fin, y porque mola correr y competir, para que os voy a engañar... Hasta ahora había competido en estas carreras en individual, pero Marc del equipo PodoLleida, me propuso correr con ellos así que me uní para participar también en la competición por equipos.

Kilómetro vertical: sábado por la tarde
Normalmente las competiciones de kilómetro vertical son en recorridos en los que sales y empiezas a subir sin cuartel. Hay una especie de competición mundial por ver quién hace el kilómetro vertical más vertical, más radical, en menos distancia, para que tengas que subir con los gemelos, los cuádriceps, las manos y los dientes. Creo que el más corto del mundo es la Vertical de Grande Serre, en Francia, con 1811m de longitud. En este sentido el kilómetro vertical del sábado era un tanto atípico. Tres kilómetros y medio por pista para empezar donde no se gana mucho desnivel y algo más de 2km donde se sube a cañón, para acabar con unas cadenas ("quitamiedos" según Kike, el organizador... después os enseño fotos...:-p) que te dejan en lo alto del Montsec. En cuanto al tipo de terreno normalmente se buscan recorridos óptimos para conseguir buenas marcas, y eso significa laderas herbosas y con algo de traza, a veces con esos pequeños escalones que forman los matojos de hierba. Como curiosidad, el récord del mundo lo tiene Urban Zemmer (especialista de esta disciplina) con 29'42'' en el KV de la Fully. La segunda es de Kilian (especialista de cualquier cosa) con 30'25'' en la Grande Serre. En Ager, nada de eso. Terreno incómodo, poca traza, tarterillas, matorrales, pinaza por el suelo... Que no se diga que es fácil!
Creo que os suelto este rollo para hablar menos de la carrera en sí, que me dejó con la sensación de haber corrido bastante mal, muy poco inteligente y sobre todo gestionando muy mal el esfuerzo. Salimos a las 16h30 desde el camping de Àger por una pista que pica un poco para arriba. Enseguida me pongo primero y pongo un ritmo vivo aprovechando que últimamente me encuentro bien rodando a ritmos altos (para mí) en plano. Poco a poco voy oyendo menos respiraciones detrás y al final sólo queda una que se oye cada vez más lejos. Pasa en el primer kilómetro y salgo a una pista con una recta larga que sube de forma constante. Ahí se me acaba la alegría. Me queman las piernas, voy agarrotado, pero bueno, voy trotando intentando no aflojar demasiado. Una pequeña bajadita frente a una casa me relanza y salimos a una pista más estrecha donde parece que me recupero un poco y un poco más allá las marcas se meten por un cañoncito rocoso donde tienes que ir trepando pequeños escalones rocosos. Ya llevo casi 4km, quedan 2 a meta y queda por subir casi todo, tiene pinta de que van a ser "bonicos". Me encuentro a Kike que me anima... "Venga que ahora empieza lo bueno!"

Lo bueno es una traza de terreno deshecho que se hace dura porque los pies se van atrás. Echo las manos a las rodillas y empujo con todo mientras levanto la vista buscando cintas. No veo nada, así que me echo la gorra para atrás. Aún así llega un momento que me despisto y me meto demasiado a la izquierda por terreno descompuesto. Busco a mi alrededor e intento corregir la ruta. Mierda, un corredor llega por detrás. Pequeño golpe moral, pero recupero el camino y sigo subiendo. Al cabo de un poco me pasa, lo cual ya me parece bien, que así me centro en seguirle a él en lugar de buscar cintas. Salimos a 100m de pista donde trotamos, yo con las piernas como una piedra, y una pequeña bajadita donde noto que los gemelos están al borde de la rampa oscilando como un flan de huevo.

Salimos a otra subida sin cuartel, esta vez por un bosque lleno de hojas de pino secas en el suelo, que ponen las cosas francamente difíciles. Aquí el compañero se me va... Me voy quedando unos metros atrás, primero 5, luego 10, 20, 30... Y así salimos a otra pista y al avituallamiento intermedio, donde están mi hermano y Elena. "Va más que yo..." murmuro, mientras cruzo la pista y me meto en otra subida que quita el hipo. Un poco más arriba me encuentro a Dani. "Demasiada salsa..." sigo quejándome, pero bueno, no es momento de arrepentirse de no haberse portado bien ayer... El compañero se me va irremediablemente y me quedo atrás intentando mantener un ritmo lo más digno posible. Llego a la zona de una primera cadena de tres metros con una trepada que pone a prueba mis maltrechos gemelos. Me lo tomo con calma, que las piernas no estan para muchas alegrías, y salgo a una rampa entre paredes de roca por donde sigo trepando entre rocas y matorrales. Más arriba una segunda cadena ayuda a superar un tramo liso y me deja en una especia de tunel entre la vegetación y la pared de roca. Salgo a una terraza donde más voces me animan. Son Ruben y Jaume que han venido a entrenar y a verme correr. No si por supporters no será!

(ahí van unas fotillos del ultimo tramo, telita...)







Llego al último repecho, con una tercera cadena aún más a saco que las dos primeras, por donde subo a pulso agarrándome con las dos manos, y tras atravesar a la derecha sigo trepando hacia una bandera instalada en el filo y que marca la meta. La carrera acaba literalmente asomándose a lo alto como uno de esos ladrones que trepan la pared de un edificio para asomarse por la ventana (nada de sprint final...). Encontrándome de repente en terreno llano y sin más metros que subir, me puedo parar a mirar tranquilamente alrededor. El día es espectacular y las vistas del Pirineo, para mear y no echar gota. Se ve desde Panticosa hasta el Puigmal. Al cabo de un poco llegan Ruben y Jaume, y un poco más tarde Ángel, que va a bajar en coche con nosotros. El frío aprieta, así que seguimos al pista en dirección al Coll d'Ares, con muchos tramos nevados, nos encontramos con Kike (mi hermano, no el organizador) y Elena y nos bajamos en coche y por terreno más amistoso (pero menos espectacular) hasta Àger. Segunda posición que no está mal pero me deja con la sensación de que en una disciplina a la que no estoy acostumbrado lo que tendría que haber hecho es salir con los demás en lugar de arrancar como si no hubiera mañana, quemarme al cabo de un kilómetro e ir toda la carrera a contrapie y con malas sensaciones. En fin, otro día lo haremos mejor. Mañana hay otra oportunidad!
En cambio por equipos hemos quedado primeros, así que contentos por lo colectivo y además con una cena gratis que está la mar de bien!







Trail Vall d'Àger:

Y de buena mañana, el domingo a por el segundo round. El Trail Vall d'Àger es una carrera de 30km (31, me marcó el GPS al final) con dos partes bien diferenciadas. Un primer bloque hacia el Port d'Àger, en el sur y un segundo hacia el Montsec, en el norte, ambos conectados por una zona "llana" con toboganes arriba y abajo por el fondo del valle. Visto lo de ayer, salgo concienciado a ser bastante más conservador, correr con más cabeza... La prueba forma parte del circuito de carreras de montaña de la FEEC, con lo cual es de prever que haya venido algún galgo. Está también Diego Cardozo, un joven corredor de Girona y afincado en Lleida que hace un par de años ganó la maratón del Montsec en la que también participé. En fin, yo decidido a salir a la mía...
Salimos a las 9:30 del camping de Àger, exactamente del mismo punto que ayer pero en sentido contrario, hacia el pueblo. Callejeamos por un par de repechos y salimos del pueblo por una pista en subida. Voy cuarto detrás de Diego, un chico con una camiseta del Montseny y otro que va de blanco y naranja y que me recuerda a Gech, un amigo etíope. Enseguida veo que si les sigo me quemo, así que cojo mi trote. No me alivia demasiado, noto las piernas agarrotadas. Al cabo de un poco llega otro corredor por detrás, del equipo Pedala.cat. Me pasa y se va a por Gech. Le pasa también. Yo me quedo a unos 50 metros de Gech. A veces le veo que camina en trozos donde yo troto, lo cual me anima un poco, pero en algún tramo más corredor lleva más ritmo que yo, así que me quedo en esta quinta posición buscando buenas sensaciones por alguna parte.
En estas llegamos al Port d'Àger (km 4,5) y primer avituallamiento. Echo un trago de agua y sigo sin pararme, por una pista ancha donde se puede alargar la zancada e incrementar el ritmo. No voy mal, pero Gech va mejor y se me separa algo. De los de más adelante ni rastro. Tomamos un sendero a la izquierda y empieza una bajada pedregosa, entretenida pero no muy difícil, rápida, de las que me gustan a mí. Noto que bajo algo mejor que mi predecesor (me lo apunto para luego por si acaso...). Casi le estoy alcanzando cuando se acaba la bajada y volvemos a terreno llano y vuelve a separarse poco a poco. Bueno, no pasa nada, yo sigo a mi ritmo. Parece que voy entrando en carrera y las sensaciones son mejores que al principio. Al cabo de un poco llegamos a un repecho y veo que un poco por delante de Gech está Diego, una compañía que sinceramente no esperaba. Eso me anima. Además veo que llego al km10 en menos de 47 minutos, buen ritmo teniendo en cuenta el desnivel que ya he salvado. No iba tan mal...
Llego al avituallamiento de la Regola (km10), justo cuando están saliendo Diego y Gech por el fondo de la calle. Cojo una naranja y sigo adelante. Me tomo uno de los dos geles que llevo (unos power gel, de la marca Power Bar, que son líquidos y saben sorprendentemente bien, como si fueran zumo, ya los probé en Rocacorba y me causaron buena impresión). Entre tomarme el gel y quitarme los guantes se me vuelven a ir, pero no me preocupa demasiado, sigo con la misma actitud de hacer mi carrera. Viene ahora un tramo de toboganes arriba y abajo que se hace durillo. En alguno de ellos me toca echar a andar por primera vez en la carrera. Veo que ahora el que se ha quedado cuarto es Diego, aunque un poco más allá me doy cuenta de que va con otro corredor. No parece que sea Gech, al que me parece ver un poco más allá. Será algún amigo suyo que no es de la carrera y le acompaña un rato? Ni idea. Yo a lo mío.
Enfilo la subida hacia la Ametlla del Montsec, la primera larga y seria desde hace un rato. Noto el cambio de tercio. Las piernas pesan y tengo la sensación de ir muy lento. Lo último que he visto de los de delante es que Diego pasaba a los otros dos, Gech y el otro que no sé quien es. Ahora en cambio no los veo. Justo antes del pueblo me encuentro a mi madre con un botellín de zumo que va la mar de bien para cambiar de gusto. En el avituallamiento (km15) me tomo un vaso de agua y sigo adelante por una carreterita y un senderillo muy desdibujado entre campos. Entre la subida y los matorrales toca echar manos a las rodillas y caminar. En esta segunda mitad tocará caminar bastante más, ahora viene lo bueno. Vamos a ver si he gestionado bien y guardado suficiente gasolina...
Una vez las piernas y el cuerpo se enteran de que hay que ponerse en modo subida, parece que me encuentro mejor y entro en una dinámica interesante de caminar-correr por un sendero pedregoso que se va adentrando en el Montsec propiamente dicho. Llego al fondo de una vaguada, punto donde la pendiente se incrementa y veo delante de mí al cuarto clasificado. Se trata del chico de Pedala.cat, que no tiene muy buena pinta. Le alcanzo, aprovecho para echar un trago y le paso. Me separo rápidamente y al poco rato veo al tercero, que es Gech. Aprovecho un trozo donde se puede trotar para pasarle a él también. Estas dos posiciones ganadas en cinco minutillos me suben la moral y me hacen sentir fuerte. Afronto un tramo de fuerte subida con buenas vibraciones y hasta al mirar hacia arriba me parece que hasta el final de la subida está ahí mismo, aunque sé que aún me deben quedar unos buenos 600 metros por subir. Casi sin darme cuenta llego a la pista donde está el cuarto avituallamiento (km20). Echo un trago de mi bidón y para arriba, último repecho.
Se trata de una subida empinada por un sendero deshecho que sigue la Canal d'Osca. Fuerte pendiente donde te agarras a las piedras, a las ramas y a lo que puedes. Subo concentrado, intentando estar ágil y moverme rápido por este terreno complicado. Entre la vegetación cuesta ver el final del repecho, pero al final salgo a un colladito que marca la llegada al filo de la Sierra del Montsec. Esto no ha acabado aquí, toca seguir subiendo hacia la izquierda. Lo recuerdo de hace tres años y lo recuerdo duro. Además la nieve acumulada lo va a hacer peor, así que es un buen momento para tomarse el segundo gel. Trepo por unas rocas siguiendo las banderolas y una cuerda, mejor dicho una cinta de hacerle lazos a los regalos, que marca el recorrido. Suerte, por que si no no hay sendero que seguir. Camino por este terreno incómodo hasta que la pendiente afloja y puedo volver a trotar. Las banderolas y la cinta de regalo se apiadan de los corredores y se meten algo a la derecha en la cara norte, de forma que no hay que subir hasta la parte más alta de la sierra. Como contrapartida empieza a aparecer nieve en esta zona más resguardada, lo cual hace más duro el avance. La verdad es que lo encajo relativamente bien. Me siento con fuerzas y corro prácticamente todo el rato excepto cuando me hundo en la nieve y me tropiezo. Echo vistazos hacia delante con la esperanza de ver a Diego, pero nada. Iba de verde, así que igual es que está por ahí delante pero se camufla (lo pienso en plan optimista...). Al cabo de un rato de bordear montaña me empiezo a preguntar por dónde bajamos... El reloj me marca más de 23km así que no puede quedar mucho. Por fin, las banderolas giran a la izquierda y se dirigen a un collado en el filo. Ahí es...
Asomo al borde y me lanzo al otro lado por la Canal de Xurulla. Me encuentro a dos chicos de la organización que suben. "A cuanto está Diego?" "Están a dos o tres minutos" "Van juntos los dos primeros?" "Si, si"... Vaya, así que estamos en la pomada. Me lanzo en modo depredador, aunque con cuidado porque hay algunos pasos complicados donde se han de echar las manos a la roca para destrepar. El recorrido presenta algunos cambios de dirección poco evidentes de seguir, sobretodo al principio. Bajados unos 200 metros de desnivel la cosa mejora, el camino pasa a estar bien marcado y se puede alargar la zancada como a mí me gusta. En ese plan llego al quinto y último avituallamiento, con sensación de competición y disfrutando de la bajada. "Quieres algo?" "A cuanto van?" "Hay cocacola, agua,..." "A cuánto van?" mientras ya estoy saliendo por la pista hacia la izquierda sin ni mirarme las cocacolas... "Mmmmm... cuatro minutos.... están ahí..." En fin, estimo una incertidumbre considerable en su respuesta así que ya que medio por aquello de ser optimistas, me quedo con la referencia de antes.
Al cabo de 200 metros las marcas indican un giro a la izquierda por un sendero que se mete en una canal tarterosa. Una gozada, bajada esquiando por las piedras, esquivando alguna roca grande, saltando alguna otra, frenando de golpe para no comerme algún arbol tumbado que bloquea completamente la bajada... Y así voy pasando el rato. Intento mantener la concentración y el ritmo de persecución, pero la verdad es que el hecho de no ver a nadie por delante me va quitando poco a poco la tensión. Llego a un camino más amplio y un par de pequeños repechos que recuerdo de hace tres años y donde ahora me noto con más alegría. Tras el segundo de ellos salgo a una pista amplia que ya me ha de llevar hasta el pueblo. En una recta de unos 300 metros miro delante y no veo a nadie, miro detrás y tampoco. No hay más tela que cortar... Me intento forzar a mantener un ritmo fuerte y a seguir compitiendo hasta el final pero bueno, no es lo mismo. Ya sintiendo que no lucho por nada, me entran ganas ya simplemente de que se acabe la carrera. Eso no quita que me siento bastante contento por estar acabando con sensación de fuerza. El camping se va acercando. Como en cada punto de asistencia me encuentro a mi madre 200 metros antes. Giro un par de curvas y oigo ya el speaker que anuncia mi nombre como tercer clasificado y tras un giro brusco a la izquierda entro en el arco de meta. El reloj marca 3h12 para 31km. Contento y con la espina de ayer fuera y bastante olvidada.
Qué ha pasado por delante? Primero Diego, 3h9'36'' y segundo Martí, el chico de la camiseta del Montseny, con 3h11'10'', es decir, me han sacado 2'26'' y 52'' respectivamente. Lo típico... Tendría que haber apretado más en la bajada, tendría que haber corrido más en la nieve, tendría... Lo de siempre, a toro pasado, todos somos Manolete. Bastante satisfecho y a por la próxima, el domingo que viene (20 de marzo) en la Marató de la Vall del Congost. Tocará cambiar el chip y mentalizarse de que ahí me voy a mover en posiciones muuuucho más atrás. De todas formas espero disfrutar como hoy.

Besos y abrazos





viernes, 4 de marzo de 2016

Rogaine Capellades - La Nova Fita

Buenas!
Este año hay menos Rogaines en primavera, al menos en las proximidades, así que toca aprovechar todas las ocasiones para competir en esta modalidad e ir preparando una de las grandes citas de la temporada, que será el Campeonato de Europa en Vitoria, a finales de agosto. El del fin de semana pasado se disputó en Capellades, para los que no lo conozcáis, un pueblo situado a unos 50kms de Barcelona. En principio pintaba ser un terreno similar al que nos encontramos en el primer rogaine de la temporada en La Llacuna, no muy lejos de allí. Es decir, terreno complicado para tomar atajos, vegetación espesa que ya nos jugó alguna mala pasada y, en resumen, una carrera en la que la estrategia tendría que basarse mucho en conectar balizas a través de senderos, caminos y pistas. En cuanto a desniveles es una zona de media montaña, donde la diferencia máxima de desnivel dentro del mapa debía rondar los 200 metros y donde rara vez nos enfrentaríamos a subidas de más de 60-80 metros de desnivel de una tacada. Eso sí, muchas de ellas…

En lugar de ser el sábado como de costumbre, esta vez la carrera era el domingo y más pronto, a las 9 de la mañana. Como siempre, 20 minutos para preparar la estrategia. Esto es lo que nos encontramos:

La salida (y meta) se encuentra al noreste del mapa, en un margen del mismo. Otras cosilas interesantes del mapa:
- El cuadrante donde hay más puntos es el noreste, el más cercano a la salida
- En este cuadrante noreste hay muchas más balizas pero muchas de ellas de 3 o 4 puntos.
- La parte oeste del mapa tiene pocas balizas y si dejamos aparte la 52, el conjunto de llas forma un recorrido bastante evidente.
- La zona donde hay más desniveles es la zona sur, donde al mismo tiempo hay balizas de bastantes puntos (7, 8 y 9).
- Hay 45 balizas, normalmente hacemos un ritmo de unas 6 balizas por hora, así que a priori nos deberíamos dejar 8 o 10.
Teniendo en cuenta cómo es la parte oeste del mapa, hay dos posibles estrategias a nivel global: recorrer el mapa en sentido horario o antihorario, haciendo (más o menos) un gran círculo. Dado que la zona con más desniveles, pero con puntos importantes, está al sur, decidimos ir hacia allá primero. Esta estrategia tiene el riesgo de que si tenemos problemas y llegamos a la última zona apurados de tiempo, vamos a tener que dejar un montón de puntos. Además, para esta última zona, a partir de la baliza 57 tenemos que decidir entre ir hacia la meta por el extremo norte (82-...) o más bien por el centro (73...). En principio escogemos la segunda opción, pero ya veremos.
Y hechas estas reflexiones salimos a las 9 en punto en dirección a la baliza 34. A los 100 metros ya estamos solos. Nadie viene hacia aquí. Será buena o mala señal? Nosotros a lo nuestro, salimos del pueblo por una carreterilla y un sendero que nos deja en el cementerio, junto al cual encontramos la baliza. Vamos a buscar la 76, aunque implica bajar y subir bastante desnivel. Saliendo de la baliza nos encontramos a Roberto y Eric, el CD Navarra, equipo con el que solemos estar bastante a la par, unas veces delante y otras detrás. Parece que ellos han salido hacia la 64 y de ahí están siguiendo la misma estrategia que nosotros. Nosotros vamos hacia la 38 bajando un poco y subiendo por un cortafuegos con una pendiente de narices (había una cuerda y todo). A punto de llegar arriba vemos a Roberto y Eric que han subido por la pista por la que habíamos bajado y han salido ganando. Pequeña derrota moral... Detrás de ellos llegamos a la 38 y deshaciendo camino y con un poco más de flanqueo a la 46. Salimos al sur por una subida donde les adelantamos y seguimos trotando a buen ritmo por varias pistas y campos que nos dejan a la 44. Nos quedamos solos. Mejor, así nos centramos en lo nuestro.
El bucle del extremo sur decidimos resolverlo haciendo 74-93-75-83. Hacia la 74 pasamos cerca de la 83 pero nos parece más coherente hacerlo de esta forma de cara a ir después hacia la 32 y 31. Ir a la 93 implica una bajada y subida algo incómodas pero las piernas van bien y sentimos que en este terreno es donde ganamos ventaja. Las balizas van cayendo sin demasiados problemas atacando siempre en base a caminos y campos. Pasado el bucle tachamos los dos "treses" de la 32 y la 31, con una pequeña vuelta innecesaria entre ambas pero nada grave. La 43 queda conectada por una serie de senderos desdibujados pero apoyándonos en el relieve llegamos sin perder demasiado tiempo.
Aquí se presenta el primer dilema. Un rombo formado por las balizas 43-81-62-77. Parece claro que para ir hacia la 62 tenemos que escoger ente la 81 y la 77. A estas alturas teníamos asumido que en algún punto tendríamos que descartar balizas y aquí nos parecía que no nos saldría a cuento hacer las cuatro, así que optamos por los 8 puntos de la 81, que además están muy bien conectados por un sendero. Y de ahí más sendero y siguiendo un riachuelo hasta encontrar la 62 cerca del borde un campo. La 77 queda definitivamente descartada.
Bordeando campos y bajando por un pequeño cañón fichamos en la 63. De ahí cruzando una urbanización a la 53, por más senderos a la 72 y siguiendo una subida bastante tendida en la que se puede trotar bien, llegamos al extremo del mapa en la 91. Llevamos poco mas de 2h30 y como aquel que dice vamos a empezar el camino de vuelta hacia la meta. Empezamos a ver que vamos mejor de lo esperado. Por un sendero muy embarrado nos plantamos en la 42 y siguiendo por una pista que baja, en la 61. Jaume mira el reloj y llevamos 24,3km en 2h47, es decir, un hartón de correr. Vamos camino de hacer nuestra mayor distancia en un rogaine de 6 horas, que si no recuerdo mal hasta ahora era de 45km (en algún otro con bastante desnivel nos hemos llegado a quedar en 35km).
Acabamos de bajar hasta unos campos y afrontamos una subidita hasta la 92, uno de los pocos momentos en que el terreno obliga a caminar. Vuelta hacia abajo y aprovecho para zamparme el minibocata de las 3 horas. Viene de perlas porque en la 51 hay avituallamiento líquido y así me sirve para tragármelo y no tengo que estar con él en la boca media hora. Una pequeña duda en la 84, que Jaume resuelve bien apuntando hacia la vaguada siguiente, y rumbo a la 57, momento en el cual celebramos un pequeño consejo de guerra. Llevamos menos de 3h30 y nos queda prácticamente el último cuadrante.
La 52 la teníamos descartada desde el principio porque quedaba muy colgada. Por lo demás teníamos asumido que de las balizas que nos quedaban a partir de aquí tendríamos que descartar casi la mitad y elegir ir hacia la meta por arriba o por abajo. Ahora en cambio nos parece que, excepto la 52, el resto lo podemos intentar hacer todo. Pensamos rápidamente la manera más coherente... Si vamos a la 73, la 82 nos quedará muy colgada. Así que vamos hacia arriba, y de ahí 56-54-66,recogemos hasta 36-33 y de ahí volvemos por 48-47 hasta la 73 y de ahí 41, 65 por la carretera, 45 y 67 ya veremos en qué orden, 37-35-71 y ya estamos casi en la meta. Si nos da tiempo añadimos 55 y 64. Una especie de S que nos parece que rentabiliza al máximo distancia recorrida y balizas. Desnivel no hay demasiado en esta zona.
Y eso vamos haciendo, basándonos siempre en caminos, pistas y campos, todo por terreno muy corrible, manteniendo las fuerzas a un nivel aceptable dentro de la kilometrada que nos estamos pegando. Seguimos concentrados esperando el típico fallo que nos llega siempre en el momento más inesperado. En algún momento uno u otro nos descentramos pero siempre está el otro para corregir. Al final hacemos la 67 antes de la 45 y de ahí llegamos a la 37 todavía con más de 50 minutos de margen. Las vamos a poder hacer todas y aún nos va a sobrar tiempo. Empezamos a pensar en esas dos balizas que nos hemos dejado por el camino. Aún nos tendremos que arrepentir...
35 y 71 se hacen prácticamente por sendero y de ahí por un cortafuegos bajamos a la carretera, cruzamos unas casas y bajamos por un camino hasta la 55. Falta más de media hora y, bastante relajados, trotamos por unas calles y un camino escalonado que baja a la 64. Hay algo de confusión porque la baliza queda detrás de una casa, pero hay tiempo así que sin demasiado estrés acabamos encontrando una puerta que está abierta y fichamos. Trotamos de subida por aquello de acabar antes y vamos a fichar la 200, que se tiene que hacer la última y está en el centro del pueblo dentro de una oficina bancaria (¿?). Volvemos hacia la meta y fichamos a las 5h43', tras 50km de recorrido. Efectivamente, nos daba tiempo de hacer una de las dos que nos hemos dejado. No las dos, pero la 77 por ejemplo sí que la tendríamos que haber ido a buscar. En fin, demasiado tarde...
Afortunadamente para nosotros no hemos cometido ningún fallo serio y tenemos la sensación de que la estrategia era buena. Además, el hecho de ser un rogaine tan corredor nos ha favorecido. Finalmente se acaba el tiempo y parece que esta vez somos nosotros los que hemos quedado delante. No era un terreno difícil a nivel de orientación, pruebas corredoras son seguramente nuestro elemento, pero en todo caso uno siempre está contento de ganar una carrera y sin cometer grandes errores, cosa que creo que nunca nos había pasado (excepto cuando fuimos con Tommi, claro está...). Por mi parte además tobillo y gemelo parece que evolucionan de forma positiva y las sensaciones físicas han sido razonablemente buenas para haber hecho 50km en menos de 6 horas.
Próxima parada, en principio, el finde del 12 y 13 de marzo en Àger. Seguiremos contándolo...

Besos y abrazos